Nuevo caso de éxito en una falsa acusación de delito sexual
Un nuevo caso de éxito en la defensa de un delito de abuso sexual.
Nuestro cliente, padre de cuatro niñas, fue acusado de un delito de abuso sexual presuntamente cometido sobre la mayor de sus hijas, de catorce años de edad. Durante la investigación de los hechos pudimos demostrar que en realidad ningún abuso sexual se había producido, por lo que el juzgado acordó archivar la investigación.
La denuncia y la investigación judicial.
La investigación se inició cuando la menor entregó una carta a su profesora donde afirmaba que durante los últimos dos años su padre había abusado sexualmente de ella. El centro puso inmediatamente los hechos en conocimiento de los Mossos d´Esquadra, activándose el protocolo previsto para este tipo de situaciones. La menor fue apartada del domicilio familiar y trasladada a un centro de menores dependiente de la Generalitat. Nuestro cliente fue detenido por un delito continuado de abuso sexual (castigado con una pena de hasta 12 años de prisión) iniciándose la correspondiente investigación judicial.
Al inicio de dicha investigación, el denunciado, conocedor de nuestra especialización en delitos sexuales, se puso en contacto con SMK Abogados para encargarnos su defensa.
Ya desde un primer momento, con las explicaciones que nos dieron el denunciado y la madre de la menor -quien nunca dio credibilidad a la denuncia de su hija-, pudimos comprobar que diversos aspectos de la denuncia hacían dudar firmemente de su veracidad.
Los padres aseguraban que la menor había denunciado falsamente los hechos con el objetivo de poder abandonar el domicilio familiar, dado que, debido a su bajo rendimiento académico y a sus problemas de comportamiento en el colegio, sus padres solo le permitían salir del domicilio para acudir al colegio, le habían prohibido el acceso a redes sociales y le habían quitado su teléfono móvil. Ello había generado fuertes tensiones en la familia ya que la menor no aceptaba estas prohibiciones.
Durante la investigación judicial se practicó la declaración del denunciado -quien negó rotundamente los hechos-, la declaración de la menor, la de un amigo de la menor, la de la madre de la menor y la declaración de la profesora del colegio que había recibido la carta. La declaración de la madre fue especialmente ilustrativa, pues declaró que jamás vio nada extraño en la relación del padre con la menor, que jamás sospechó que pudiera estar produciéndose un abuso sexual, y que si realmente se hubiera producido un abuso ella sin duda lo hubiera detectado. También puso en evidencia, a preguntas nuestras, diversas contradicciones en el relato de la menor sobre los momentos y lugares en los que la menor afirmaba que se habían producido los abusos.
También se aportó al juzgado, a petición nuestra, el expediente académico de la menor, con el fin de acreditar su bajo rendimiento escolar, que la menor había tenido diversos conflictos en el colegio e incluso que había sido expulsada en varias ocasiones. Con la aportación del expediente pudimos acreditar que las prohibiciones impuestas por los padres a la menor eran creíbles y razonables y, en consecuencia, cogía fuerza nuestra línea de defensa: no se había producido abuso sexual alguno y el verdadero motivo de la denuncia era el deseo de la menor de abandonar el domicilio familiar.
La segunda carta escrita por la menor.
Lo cierto es que la investigación avanzaba de forma muy favorable a los intereses de nuestro cliente, ya que el resultado de todas las declaraciones había sido positivo y el expediente académico confirmaba la versión de los padres.
Sin embargo, el elemento que resultó definitivo para que se acordara el archivo de la investigación fue una carta escrita a mano por la menor que la madre encontró en su bolso tras una visita con ella. En dicha carta, que la menor probablemente escribió al ver que su versión se estaba desmoronando, la menor reconocía que se lo había inventado todo, afirmaba que no pensaba que las cosas llegarían tan lejos y pedía disculpas por lo ocurrido.
Al mostrarnos la madre la referida carta, se aportó inmediatamente al juzgado y pedimos una nueva declaración de la menor, a fin de que aclarara por qué en dos cartas diferentes -la entregada a la profesora y la que puso posteriormente en el bolso de su madre- había dado dos versiones tan absolutamente opuestas y contradictorias.
El Auto de sobreseimiento respecto a nuestro cliente.
A la vista de la carta, el Juzgado de Instrucción acordó citar a la menor para prestar nueva declaración. La menor, en dicha declaración, reconoció ser la autora de la segunda carta, ratificó su contenido y aseguró que era absolutamente falso que su padre hubiera abusado de ella. Explicó también que, tal como sospechaban los padres, se lo había inventado todo con el objetivo de poder salir del domicilio familiar.
Ante tales afirmaciones de la menor, presentamos inmediatamente un escrito al juzgado pidiendo que se acordara el sobreseimiento y archivo de las actuaciones, a lo que el juzgado accedió de inmediato archivando la investigación.
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